Volver del Error

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Aprender a volver del error es una de las herramientas más codiciadas por los deportistas de alto rendimiento.

El error suele ser un camino sin retorno para muchos, porque en él se conjugan algunos componentes emocionales que atentan directamente contra nuestra posibilidad de rendir como podemos y queremos. Por eso es interesante evaluar o reconocer qué es lo que nos pasa a nivel mental cometemos un error.

Solo aquellos que tienen bien trabajado el tema, y que pueden ocultar sus emociones, pueden evitar que rival o entorno se den cuenta que se está produciendo en nosotros un peligroso aumento de la actividad psicofísica. Los niveles de ansiedad se disparan producto de la bronca, vergüenza, culpa o como sea que hayas procesado inconscientemente ese error, haciendo imperiosa la necesidad de buscar una solución rápida al problema, que no siempre es la más aconsejable, ya que suele ponernos en zona de riesgo de repetir el error.

En lo físico suele producirse un aumento de la tensión muscular, y pocos escapan a que el ojo del buen observador detecte gestos de fastidio, bronca o similares, que en muchos casos traen tensión en algunas partes del cuerpo; lo que nos termina empujando al desenfoque y a la temida pérdida de confianza.

En segundos, y en muchos casos a partir de un solo hecho puntual: un error, echamos por tierra todo el esfuerzo que hicimos para llegar a la competencia, y el cono de sombras se vuelve cada vez más oscuro, hasta sacarnos completamente del juego.

La falta de preparación mental para ese tipo de circunstancias hace que, curiosamente, una de las herramientas que debemos usar a favor para volver del error, termine convirtiéndose en nuestro peor enemigo.

Hablamos del auto diálogo, que cuando no está bien gestionado genera un espiral negativo que arranca en el error y continúa en el autorreproche, iniciando el proceso de demolición de nuestra confianza al aumentar las dudas, el temor, la desconcentración y la descoordinación, empujándonos hacia el fondo.

El problema no es el error en si mismo, sino como nos tomamos ese error, por eso es tan importante prepararnos mentalmente, sabiendo que equivocarnos o ser superados es parte del juego, y que solo se sobreponen aquellos que toman esas situaciones como una circunstancia más, o un desafío a superar, en lugar de en una mancha imposible de limpiar en nuestro legajo imaginario.

¿Cómo volvemos del Error?

Primero, trabajando el auto diálogo de manera positiva, cambiando el autorreproche (que en muchas personas suele ser natural y automático) por frases construidas en positivo y de tono alentador.

Es muy importante no dejarnos llevar por las sensaciones que vienen de la mano del error. Poner el foco en buscarle solución o corrección al problema, en lugar de concentrarnos en las sensaciones negativas que nos genera ese problema.

Al auto diálogo positivo le debe seguir el Jugar Fácil. La ansiedad nos empuja a buscar soluciones mágicas o rápidas, y no siempre son las más efectivas o duraderas. Muchos quieren lavar el error con una acción espectacular, linda o de riesgo, y lo cierto es son pocos los que realmente salen airosos de un error de esa manera. Si te equivocaste, no busques pagar de una sola vez, jugá simple, y tratá de recuperar la confianza paso a paso.

Para eso es clave aprender a valorar las acciones positivas, que siempre son muchas, pero suelen pasar desapercibidas ante los flashes, que buscan el chiche, el lujo, el riesgo.

El Equilibrio Emocional es clave para sobrellevar estos trances, que se superan mejor cuando sabemos dar vuelta la página, dejando atrás el error para ir por la próxima acción.

En ese camino, es clave hacer un buen uso de las técnicas de respiración, que suelen convertirse en una herramienta determinante para evitar que se dispare la ansiedad. Una respiración profunda, entrenada, puede convertirse en el freno que de paso a dar vuelta la página, y nos ayude a seguir con la cabeza y todo nuestro potencial en el juego, y no fuera de él.

Volver del error es clave, pero sobre todo es posible. Solo hay que trabajarlo para hacerlo una respuesta natural.

La “Cabeza”, también se trabaja…


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