Intimidades de consultorio…

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Nadie mejora sin trabajo, eso está claro. La Constancia y la Perseverancia suelen ser la base de los procesos de cambio en el deporte. Los Entrenadores piden a sus jugadores que se entreguen al trabajo, que repitan los ejercicios técnico-tácticos cuantas veces sea necesario hasta lograr asimilación de conceptos o movimientos. Los Preparadores Físicos hacen lo propio en lo que tiene que ver con el acondicionamiento, poniendo el foco en que el deportista trate de dar el máximo en cada sesión buscando elevar sus niveles apoyándose en que “a mas entrenamiento, mayor rendimiento”. Y lo mismo sucede en el Consultorio Médico cuando un jugador acude con una lesión. La Constancia en el proceso de recuperación es decisiva para que este llegue a ser exitoso.

Bueno, con el Trabajo Mental pasa exactamente lo mismo. Sin Constancia, sin dedicación, es muy difícil lograr cambios duraderos.

El desconocimiento respecto a cuál es la tarea del Psicólogo Deportivo suele ponernos ante situaciones como estás:

– Deportista que piensa que solo debe acudir al Psicólogo cuando tiene algún problema personal grave que, siente, lo está afectando en su rendimiento (problema familiar o de pareja, por ejemplo).

– Deportista que piensa que solo debe acudir al Psicólogo cuando tiene algún problema puntual relacionado con su actividad o rendimiento deportivo (desconcentración, falta de motivación, etc.).

– Deportista que cree que el Psicólogo está solamente para solucionar o participar en problemas de interacción grupal (problemas de relación en el plantel).

– Deportista que reconoce que tiene un problema y recurre al Psicólogo para buscar soluciones inmediatas (angustia por bajón en el rendimiento o pérdida de confianza o problemas de relación con el entrenador, por citar solo algunos ejemplos comunes).

En porcentaje, son pocos los que buscan una Solución Integral a sus problemas. La mayoría acude por situaciones puntuales, y cuando cree haberlas solucionado, abandona el tratamiento. ¿Está mal? No. Pero lo cierto es que muchas veces, manejar eso que te está angustiando no suele ser tan difícil, pero debajo de la situación puntual (el síntoma) suele haber otras razones enlazadas (relacionadas con la persona) que, de no corregirse pueden hacer reflotar el malestar (síntoma) en otro momento.

La Psicología del Deporte nos obliga, a quienes trabajamos en este medio, a especializarnos en buscar soluciones rápidas. El vertiginoso ritmo del mundo competitivo no da tiempo para esperar demasiado cuando alguien cae en un pozo o pierde la confianza, y parte de nuestro trabajo suele ser buscar paliativos rápidos a esa sensación de desasosiego que siente la persona en cuestión. El tema es que, a veces, el deportista sufriente cree que al haber superado esa sensación molesta el problema desapareció, y lo cierto es que en la mayoría de los casos no es así: detrás de esa sensación hay una raíz, una línea que hay que seguir, si queremos realmente encontrar la razón que nos lleva a desconcentrarnos, desmotivarnos o a no poder comunicarnos efectivamente, por citar solo algunos ejemplos comunes.

Ayudar a un deportista a recuperar la Confianza o la Motivación puede ser fácil, porque generalmente, una palabra amiga en el momento justo puede ser suficiente para cambiar la manera en que estás viendo las cosas, pero trabajar la raíz del problema a veces lleva más tiempo, y de la constancia y seriedad con que encares el trabajo con el Psicólogo dependerán tus posibilidades de alcanzar un cambio o una mejora perdurable y real.

En definitiva, el tratamiento podría resumirse en los siguientes pasos:

– Reconocimiento del Problema

– Pedir Ayuda

– Controlar la Angustia (el Síntoma)

– Trabajar para encontrar la Raíz que está detrás del Síntoma

– Aprender a Tomar el Control de mi mismo en situaciones similares.

Después podemos hablar de Potenciar Talentos o Aptitudes y muchas cosas más. Pero la base es más o menos esta, y solo depende de vos, y de las ganas con que encares el proceso de cambio.

Para ser mejor, para convertirte en un “Fuera de Serie”, hay que Trabajar. Las soluciones mágicas no existen…

Los “Fuera de Serie” saben que no siempre ganan los mejores… Generalmente, ganan aquellos que creen que pueden hacerlo.

Vos también podés ser un “Fuera de Serie”. Depende de vos…


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