El Equipo Azul invierte 100 mensuales (los valores son simbólicos) en un DT; otros 100 en su Jugador Franquicia; 70 en dos jugadores importantes; 50 en dos de hombres de peso en la rotación y unos 25 en los sueldos del resto del plantel. Gasta 100 más en el resto del cuerpo técnico (asistente, preparador físico, médico, planillero, etc) y las sumas comunes a todos los equipos en hotelería, viajes e indumentaria; amén de los costos federativos, de arbitraje, instalaciones y demás; conformando un presupuesto más que interesante.
El Entrenador es un brillante estratega y sus jugadores son de lo mejor de la liga. Ergo, el Equipo Azul tiene potencial para pelear el título. Pero… ¿Hasta qué punto sirve la inversión si el Equipo no tiene la química necesaria para plasmar en la cancha su potencial técnico-táctico?
Una de las frases de cabecera en el deporte mundial es “el mejor psicólogo del plantel es el entrenador”, y en muchos casos, es cierto. El Entrenador es quien baja las pautas con que se maneja el grupo, maneja los hilos y tiempos del plantel. Decide quien juega y quien no; y decide también a que se juega o que estrategia se utiliza. Determina si se entrena o si se tiene día libre, y hasta que jugador deben contratar los dirigentes. Y por si esto fuera poco, tiene que tratar que todos los integrantes de su plantel estén preparados física, táctica y psicológicamente para salir a la cancha.
Cada integrante del Cuerpo Técnico tiene una tarea específica, pero el aspecto anímico no siempre tiene un “encargado” puntual, y la tarea se la reparten, según el caso, entre el entrenador, el asistente, el preparador físico o el médico. A veces resulta bien, pero otras veces, las preocupaciones inherentes a cada función hacen que ninguno tenga el ojo disponible para detectar problemas de esta índole, o el tiempo y las herramientas para manejarlos, y entonces empiezan a aparecer síntomas tales como:
Para el común de la gente, la química es algo que se da por naturaleza, pero aunque parezca mentira, «la química es algo que se puede conseguir, fabricar o mejorar», trabajando sobre las estructuras del grupo.
En algunos casos, se puede trabajar en reuniones de equipo con todo el plantel, pero también se lo puede hacer a través de apoyar al entrenador con observaciones que el propio DT o sus colaboradores no siempre pueden hacer debido a que están sumidos en su función especifica: entrenar y buscar las estrategias de juego para ganar los partidos.
“¿Me da 2 kilos de química por favor?”